Amanece en Madrid un domingo más, en pleno centro donde yo vivo, con el ruido de los camiones de limpieza, de los botes de cerveza arrastrándose por el suelo, los cristales.. y sube el olor fresco del agua de las mangueras sobre el hedor a alcohol y otras sustancias líquidas y sólidas que prefiero no mencionar. ¿que no podemos hacer nada?
¿Saben ustedes lo que se gasta el Ayuntamiento de Madrid de nuestro dinero -el de los contribuyentes que cumplimos nuestras obligaciones- cada año en limpieza de calles, sin contar con los parques? ¡¡¡250 millones de euros!!! y ¿saben a cuánto ascienden los gastos sociales? a 500 millones. Los jóvenes se ahorrarán dinero con el botellón, pero al resto nos sale muy muy caro, a los que pagamos y a los que necesitan de verdad ayuda y tienen que competir por unos recursos escasos con estos individuos. y digo individuos y no ciudadanos, porque para eso hay que ser cívico y responsable, respetando el espacio común, en lugar de ensuciar para que otros lo limpien, «que para eso lo pago», como si de verdad lo pagaran… Es evidente que si tuviéramos todos un comportamiento más cívico, el mismo dinero e incluso menos se puede utilizar para hacer otras cosas. Se trata de prioridades, claro. Queremos más educación para nuestros jóvenes pero les consentimos que ensucien el espacio común. Y no he hablado de las pintadas que, casi siempre, poco tienen de arte.
UNA PROPUESTA: al igual que yo llevo bolsitas para recoger los excrementos de mi perro, que la gente lleve la suya para no tirar colillas, bolsas de pipas, latas, botellas, vasos…. a la vía pública sino al contenedor más cercano.
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