Estas últimas semanas han estado protagonizadas por una palabra sobre todas las demás: innovación. He participado en diferentes conferencias y debates dedicadas a llamar la atención sobre lo que considero que es una necesidad vital, aunque de esto solo nos demos cuenta cuando aparecen el hambre y los problemas. En el contexto de cambio en el que nos encontramos sin innovación, no hay supervivencia. Para afrontarlo, me quedo con la definición que ofreció la fundación Cotec en la presentación del informe de 2017:
Innovación es cambio (no solo tecnológico) basado en conocimiento (no solo científico) que genera valor (no solo económico).
Ganar perspectiva
Lo primero que hago siempre es ganar perspectiva. Comprender el conjunto y bajar al terreno, porque si no vamos a perder tiempo. En la conferencia en APD en Barcelona, quise trasladar la necesidad de ser conscientes de la transformación del entorno en el que nos movemos. Basta mirar a nuestro alrededor para ver que la geopolítica, las cadenas de valor, las relaciones comerciales están en constante redefinición… La “red” marca la diferencia que permite unas nuevas dinámicas espacio-tiempo. De entrada es una amenaza, pero también es una oportunidad. Los negocios surgen para resolver problemas a partir de las necesidades que emergen.
Organizaciones ágiles
Ante este cambio de época, las estrategias tradicionales ya no funcionan. La clave está en un cambio de cultura y de organización. Si el contexto es volátil, ambiguo, incierto y complejo, las organizaciones deben ser ágiles: desarrollar procesos de observación y escucha para captar conocimiento (dentro y fuera), mejorar la toma de decisiones y ejecutar rápidamente.
El entorno es muy importante. Como compartí en la Jornada sobre Inversión y Negocios en Andorra, esta innovación puede impulsarse con actuaciones que comprendan el nuevo y cambiante contexto. A través de un liderazgo amplio e integrador se puede gestionar lo que somos y tenemos (legacy) a la vez que se incorpora la innovación para abordar los retos a los que vamos a tener que enfrentarnos como organización.
Innovación pragmática, transversal y colaborativa
En Hispasat, hemos apostado por un enfoque pragmático, orientado a los resultados. Las acciones que impulsemos tienen que reflejarse en la cuenta de resultados de hoy, pero también construir la cuenta de resultados de mañana, mejorando las soluciones que podamos ofrecer a nuestros clientes y reforzando los intangibles de la compañía. Esa innovación no puede ser solo tecnológica. No es un departamento en la empresa ni una moda. Se basa en el conocimiento que suman los distintos perfiles, agentes y herramientas.
En el debate organizado por el Real Instituto Elcano comentamos desde diferentes puntos de vista esta transformación que afecta a los procesos, los productos y también a las personas.
Identifiquemos la formación y capacidades que necesitamos como ciudadanos para sobrevivir. Es necesario que todo el mundo aporte, o el crecimiento será excluyente, apunta @elenapisonero: mujeres y hombres, pero también #STEM y Humanidades #DebatesElcano20
— Real Instituto Elcano (@rielcano) 21 de junio de 2018
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A través de una cultura abierta y colaborativa, trabajando con clientes, proveedores y otros jugadores, estando atentos a las disrupciones más allá de nuestro sector, podemos lograr planteamientos que sean útiles a la sociedad. Ya lo venimos haciendo desde hace tiempo en Hispasat durante los Encuentro de las Telecomunicaciones Espaciales en la UIMP en Santander. Este año, por primera vez cobran protagonismo los actores del Nuevo Espacio, que son precisamente los que están cuestionando el status quo. Juntos podemos trabajar más y mejor para un futuro que aún está por escribir.
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