Hace un mes asistí en Singapur a la segunda cumbre de Women Leaders of New Asia (WLNA). Fue un evento extraordinario. Me gustó desde el principio la profesionalidad, el enfoque y agenda, así como la calidad y dinamismo de las participantes. Ambición y Networking en estado puro. Es una iniciativa impulsada por Asia Society bajo la batuta de Vishakha Desai. Fundada en 1956, esta institución privada trabaja para reforzar las relaciones y promover el entendimiento entre Estados Unidos y Asia, en todos los campos del arte y la cultura, de la política y de la empresa y por supuesto de la educación.
La iniciativa de WLNA en particular busca el desarrollo de una comunidad de mujeres en la que las ya consolidadas apoyen a las líderes emergentes. En España, existe una institución hermana que es Casa Asia de apenas 10 años de edad que, a diferencia del modelo americano, es una iniciativa pública. Su actual Director General, Jesús Sanz, brillante diplomático, supo identificar la oportunidad de colaborar y así aprovecharse de instituciones tan potentes e influyentes como Asia Society para sumarse a iniciativas como la red de mujeres. Acepté encantada la invitación a participar siendo de hecho la única europea que intervino en los debates.
Profesionalidad en la organización: un mes antes se puso a disposición de los asistentes material ad hoc para cada una de las sesiones -artículos y estudios interesantísimos-, así como un grupo de debate en LinkedIn.
Enfoque de la iniciativa y agenda: siendo de género, la propuesta era sobre todo de liderazgo, impregnada de esa ambición pragmática de aprovechar los cambios, los retos actuales para convertirlos en una oportunidad para promover, en este caso, una integración más efectiva de las mujeres. Así, desde la reflexión del papel de las mujeres, las trabas, sí, pero sobre todo las aportaciones de valor que podemos hacer, se hizo un repaso a sectores y temáticas relevantes en el mundo actual. Se habló de liderazgo femenino y su capacidad de transformación de las organizaciones; de mujeres emprendedoras y de la revolución que están protagonizando en el mundo de la ciencia y la tecnología, en los medios de comunicación y en el sector público.
Intervine precisamente en la sesión de Economía (Powering Economic Growth). Insistí en que no se trata sólo de una cuestión de justicia, que por supuesto lo es pero ya sabemos que la vida no es justa, sino de eficiencia o si se quiere más crudamente de conveniencia, y que tenemos que seguir avanzando en la argumentación y cuantificación de las ventajas y costes de oportunidad de no abordar un modelo de crecimiento inclusivo en el que cada individuo, y como tal claramente las mujeres, pueda desarrollar su potencial y aportar a la sociedad lo mejor de nosotros mismos. Se habló de Consejos de Administración y Comités de Dirección pero también del enorme potencial de crecimiento de nuestras economías con una participación más activa de las mujeres en el mercado de trabajo (cantidad), un mejor aprovechamiento de sus capacidades (eficiencia y productividad) y mejor atención de sus necesidades específicas como clientes (nuevas oportunidades de negocio).
Las participantes, las líderes de la nueva Asia. Aun reconociendo como referente de modelo social el europeo y más concretamente el nórdico, son conscientes de que el sustrato de economía rica y evolucionada occidental que sustenta nuestro modelo social no es para nada el caso de los países emergentes, o más bien no todavía. Se esfuerzan por aprovechar al máximo la oportunidad de crecimiento que les brinda la globalización, desde abajo, desde lo concreto. Primero cantidad (crecimiento y empleo) y luego calidad. Como en Europa, la apuesta principal es la educación pero a diferencia de nosotros tienen ambición, algo que lamentablemente hemos perdido y con ella la palanca fundamental de supervivencia que ilusamente damos por garantizada. Sólo un dato de un estudio de Harvard (The Globe, HBR May 2010) sobre el talento femenino: las mujeres altamente cualificadas que se consideran muy ambiciosas representan el 85% del total del colectivo en India (65% en China) frente al ¡¡36% de Estados Unidos!!
¿Tenemos ambición de jugar el papel que nos corresponde? ¿Estamos dispuestas a aprovechar las oportunidades y ejercer la responsabilidad de liderar la transformación que precisan nuestras organizaciones y países? Las asiáticas sí. Ambición y Networking en estado puro.
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