Desde los tiempos de los Reyes Católicos, España está interesada en llegar a India pero siempre acabamos yendo a América. En los últimos años de profunda transformación de nuestro país, la salida al exterior se dirige nuevamente al Atlántico recuperando al mismo tiempo nuestra posición en Europa. Muchas tareas pendientes que han ocupado nuestra agenda internacional, dejando poco espacio para retos que hoy emergen con fuerza como es conseguir un lugar en Asia, principal protagonista de presente y futuro del proceso de globalización.
Conocimiento mutuo y paciencia, pero necesidad de avanzar más rápido para afrontar los desafíos de países que como India tienen en el crecimiento de su población, ya de por sí muy joven, su mayor potencial. Rapidez porque lo que puede ser una ventaja puede convertirse en su principal carga si no es capar de dar educación y empleo a ese conjunto de ciudadanos que han recuperado el orgullo de pertenencia.
La perseverancia de algunas empresas españolas está dando sus frutos. Los máximos responsables del Gobierno Indio con los que he tenido el honor de comentar nuestras relaciones bilaterales insisten en la importancia de estar sobre el terreno. Ir para comprometerse a crecer juntos. Conocer la realidad local para conformar un proyecto empresarial ad hoc, adaptado a las necesidades reales de la sociedad india. No se trata de exportar sin más lo ya que ya hacemos, sino de aportar nuestra experiencia y conocimiento a la mejor resolución de necesidades específicas.
La mejor manera de combinar ambos elementos: conocimiento mutuo y rapidez es realizar un ejercicio de priorización conjunto en el que identifiquemos necesidades y mejores prácticas para colaborar en el futuro. Y no pensemos en lo que España puede ofrecer a India, que es mucho, sino en lo que podemos hacer juntos porque una alianza con India beneficiaría enormemente a España, en muchos ámbitos.
Reciprocidad y alianza
No olvidemos tampoco que España ha sido en cierta manera una economía emergente hasta hace tan solo unos años y basta con mirar nuestras cifras hace 50 años. Con eso quiero decir que podemos aportar una experiencia de éxito en la consecución de una democracia sólida y una economía que está en las primeras posiciones del ranking mundial, incluso en plena crisis.
No tenemos una historia ni pasado común, lo que a veces puede resultar una ventaja, pero tenemos un respeto mutuo por nuestro pasado y nuestro presente que alimenta nuestra curiosidad e interés por recuperar el tiempo perdido. Encontremos las similitudes que las hay y complementémonos en lo diferente. Tenemos mucho que aprender de cada uno y mucho por compartir en ese deseo de joven democracia de aspirar a un nuevo modelo social inclusivo y avanzado.
Todo eso requiere un modelo crecimiento sostenible que en estos tiempos ha de basarse en una economía competitiva y productiva que sepa manejarse en un mundo globalizado en transformación. La urgencia demanda apalancarse en las fortalezas y trabajar duramente en los desafíos. España tiene enormes activos que debemos ser capaces de potenciar y la internacionalización es sin duda la mejor vía actual para hacerlo. Infraestructuras, Energía, Sector Financiero pero también industria agroalimentaria, farmacia, automoción, y por supuesto turismo son sectores cuyo liderazgo reconocen las propias autoridades indias que piden que nuestras empresas participen en el proceso de transformación indio.
Las cifras de comercio bilateral y especialmente de inversión, anticipo de relaciones económicas sólidas, de los últimos años son muy positivas. Hay que perseverar. Hay que estar y darse a conocer. Las grandes empresas, respaldadas por su reputación y liderazgo mundial pero también las PYMES. Desde KPMG queremos contribuir a este encuentro trabajando desde ambas orillas.
Otra área creciente de colaboración es ayudar a las grandes empresas indias a posicionarse en mercados donde tenemos ya un largo recorrido e incluso liderazgo. Nuestro fuerte anclaje americano, europeo y mediterráneo es un buen complemento de la visión asiática de India. Esta alianza trasciende de los acuerdos meramente comerciales y económicos para permitirnos dibujar escenarios para la nueva gobernanza mundial. Tenemos que potenciar también los acuerdos de colaboración en ámbitos de futuro para trabajar juntos en desafíos comunes.
Mayor conocimiento a través de mayor diálogo, comunicación y visibilidad de nuestras relaciones. Iniciativas como la Tribuna España-India que tengo el honor de presidir por parte española aportan su grano de arena en la construcción de esa ruta que permita ayudar a flujos comerciales y económicos desde el entendimiento de nuestras diversas realidades sociales, culturas, políticas… Involucrar el mayor número de personas de nuestras sociedades en este empeño más allá de un interés meramente institucional. Perseverando lo acabaremos consiguiendo: establecer una ruta entre España e India que nos haga más fuertes en este mundo global.
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