Hace unos días he tenido una entrevista con la revista Actualidad Económica que me resultó muy interesante y me ha dejado un buen sabor de boca.
Os dejo aquí el encale a Actualidad Económica donde podéis ver un esbozo de la entrevista.
Y aquí el arranque de la misma para abrir boca…
ENTREVISTA ELENA PISONERO:
«NO ES NECESARIO TENER COMO ACCIONISTA AL ESTADO»
De Marta García Aller
«Haz conmigo lo que quieras», dice Elena Pisonero nada más entrar en su despacho, que se ubica en la sede de Abertis (máximo accionista de la compañía de satélites desde su privatización). Bastan cinco minutos con la presidenta de Hispasat para descubrir una mujer directa, divertida y segura de sí. Esta economista dice que quejarse no va con ella, disfruta de los retos y se autodefine como liberal. Y todo esto, prácticamente, antes incluso de sentarnos a charlar. Es un torbellino.
Empezó su carrera en Siemens, pero no le gustó porque sentía que era como un ministerio en el que todos los pasos estaban marcados de antemano, hasta la antigüedad para conseguir una plaza de garaje. Y como reconoce que le gusta complicarse la vida, se marchó buscando nuevos retos. Paradójicamente, en esta huida del ambiente funcionarial terminó trabajando en política. Primero la fichó el que fuera su profesor, Cristóbal Montoro, que dirigía entonces el servicio de Instituto de Estudios Económicos y luego fue directora del gabinete de Rodrigo Rato durante los dos primeros años de gobierno. Llegó a ser diputada con el PP, secretaria de Estado y embajadora ante la OCDE. Ahora se declara muy a gusto en el sector privado.
PREGUNTA. ¿Añora la política?
Respuesta. No la echo de menos porque la política está en todas partes. Soy un homo politicus. Recalé en política de manera casual, como asesora del Grupo Parlamentario Popular. No sabía de qué iba aquello porque todavía era muy joven. Empecé asesorando desde un punto de vista técnico y poco a poco me fueron ofreciendo cosas…
P. Y estuvo a punto de ser ministra de Agricultura…
R. Fíjese si estuve cerca que hasta vino a mi casa la policía para decirme que instalaba la escolta. Y les tuve que explicar que aunque la Agencia EFE hubiera sacado el teletipo, al final no iba a ser ministra.
P. ¿Qué pasó realmente?
R. [Ríe con desenfado.] ¿Le cuento la verdad…? Creo que mejor no. [No queda claro si lo dice en serio o en broma. Seguramente las dos cosas.] Esa no la voy a contar nunca porque a pesar de mi sociabilidad soy bastante discreta. Igual que no cuento todo lo que pasa en esta silla. ¿Y qué pasó? Pues yo entonces era secretaria de Estado, la única que había en aquel Gobierno, y creo que soltaron mi nombre en Moncloa para que hubiera cantera y se corrió la voz. Algunos amigos, cuando aquello se frustró, me dijeron que viera el lado bueno: que a todo el mundo le había parecido verosímil verme de ministra. Esa fue la lectura más positiva de aquellas convulsas 24 horas.
P. ¿Hay mucha política en un consejo de administración?
R. Ni se imagina. [Más risas]. Y en un grupo multinacional como este ni le cuento. Es el otro tipo de política, con minúscula. Yo tengo vocación de cambiar las cosas y, allá donde voy, intentar dejarlas mejor que cuando las encontré. Creo que en democracia todos tenemos que ser políticos cuando estamos en disposición de cambiar las cosas. Por eso me gustó la idea de dirigir Hispasat. Suponía estar en una presidencia en un momento de cambio en el que la empresa quería avanzar hacia su proceso de privatización y me gustó el reto de darle un nuevo impulso a la compañía.
P. ¿Qué ha cambiado en Hispasat desde la privatización?
R. Hemos dibujado una nueva etapa. Encajaron los intereses de los accionistas que compartían el control hasta entonces, Abertis y el sector público. La Administración decidió que era buen momento para vender gran parte de sus acciones [se ha quedado con el 9,5%] y favorecer la mayoría que permitiera a Abertis liderar un proyecto de crecimiento más ambicioso, vinculado al desarrollo de infraestructuras [en noviembre amplió su participación hasta el 57,05%]. Hay un enganche claro entre los objetivos de Abertis y lo que queremos que Hispasat sea. Pretendemos darle esa dimensión global que ahora no tiene y dotarla del músculo necesario. Somos una empresa mediana con desafíos de envergadura.