Generar una cultura transformadora es imprescindible para los tiempos de disrupción que vivimos, que afectan a todos, incluidos sectores como el nuestro, el de telecomunicaciones, que fueron facilitadores de la revolución tecnológica a través de la conectividad. Si algo nos enseñan los casos de éxito y fracaso, en este nuevo contexto digital y tecnológico es que lo que nos ha traído hasta aquí, no nos va a llevar al futuro.
Es preciso seguir gestionando de manera eficiente los activos que tenemos con la máxima exigencia financiera. Pero, en mi opinión, debemos dedicar los mayores esfuerzos en impulsar una gestión impecable, ética y trascendente de los activos intangibles que refuercen nuestra capacidad (centrada en las personas) para construir un proyecto de futuro. Esa cultura inteligente (smart culture) nos permite gestionar a dos manos: la eficiencia en gestión de la cuenta de resultados del presente y la generación del proyecto empresarial de futuro, siempre desde la coherencia, si queremos contar con el concurso de la sociedad a la que en definitiva servimos.
Desde la presidencia no ejecutiva de Hispasat pongo un especial empeño en cuidar los activos intangibles a través de una agenda exigente de gobierno corporativo. Todo ello al final, conforma, de manera colectiva, una visión del liderazgo que tiene que ser integrador, inclusivo y profundamente transformador.
Una propuesta de agenda para 2019
Gobierno corporativo. La principal obligación del Consejo de Administración es velar por la sostenibilidad de la empresa. Este enfoque garantiza el alineamiento de los intereses de accionistas y terceros, empezando por las personas que integran la compañía pero también a la propia sociedad en la que la empresa desarrolla su actividad. Desde luego hay un papel de supervisión y control de la actividad, pero debe jugar un papel de complemento e impulso de las estrategias adecuadas en un entorno crecientemente complejo, conformando una verdadera inteligencia colectiva.
En los últimos años, Hispasat ha incorporado las prácticas más exigentes del mercado en materia de gobierno corporativo, que se reflejan en las agendas de las comisiones y del propio Consejo de Administración. En 2018, hicimos una revisión completa de las principales políticas y para 2019 me propongo reforzar la agenda de nuestros intangibles, que menciono a continuación.
Comunicación estratégica. La comunicación ha dejado de ser el eslabón del final de la cadena para constituirse en pieza fundamental de la estrategia de transformación.
En estos años, hemos mejorado la comunicación interna para potenciar la ya tradicional cultura colaborativa de Hispasat y así acelerar el proceso de innovación. Ya es hora de transmitir lo que hacemos y ser lo que contamos. Ser auténticos y con una comunicación permeable hacia dentro y hacia fuera, que nos ayude a posicionarnos como somos en el exterior, al tiempo que reforzamos nuestra cohesión interna. Así, hemos reforzado las bases de una cultura colaborativa, permeable y transparente, que nos permite enriquecer nuestro papel tradicional de tractor de la industria aeroespacial tradicional para jugar la partida de ecosistema y generar nuevas respuestas.
Relaciones institucionales. Vivimos en un mundo de red, en el que nunca como hasta ahora han sido tan estratégicos los contactos y las relaciones. Nos permiten generar nuevos entendimientos y nuevas alianzas en las que la confianza y la reputación van de la mano. Hay que pasar del concepto clásico de relaciones institucionales y responsabilidad social corporativa a la construcción de organizaciones con propósito, que centren su sostenibilidad en su contribución a la sociedad, desde un comportamiento ético. Estoy convencida del papel que deben jugar las empresas en la generación de una respuesta colectiva a los desafíos de nuestra sociedad.
Gestión del talento. Todos los grandes proyectos requieren de equipos cohesionados y motivados, conformados por personas con la ambición y voluntad de formar parte de un proyecto de transformación desde su aportación única y, por ello, diversa. La gestión del talento se constituye así en la clave de bóveda de esta empresa. El talento, como ya hemos comentado antes, está dentro y fuera de la organización. Tenemos que ser capaces de generar un entorno de trabajo amable en el que las personas que ya forman parte de la empresa quieran dar lo mejor de sí mismas, al tiempo que atraiga al mejor talento.
En estos tiempos de profunda transformación, el valor de las empresas es la combinación de una adecuada gestión de sus activos tangibles y, sobre todo, su capacidad de anticiparse a los cambios, mediante una adecuada gestión estratégica de sus intangibles.
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